domingo, 30 de diciembre de 2012

¿Por qué impartir la Historia de la Filosofía en Secundaria?



       Esta entrada es  un a modo de extractos de artículos que algunos compañeros han ido colgando en sus blogs. A través de estos escritos, de los cuales solo una mínima parte ha sido tomada,  sus autores intentan argumentar el porqué no debe desaparecer la Hª de la Filosofía  del Bachillerato.

El estado de la cuestión lo presenta Manuel Marcos, desde Córdoba,  en su blog señalando la actitud perversa de quienes nos gobiernan:

Las asignaturas de filosofía en España van a perder, si no lo evitamos, su carácter obligatorio en 4º de ESO y en 2º de Bachillerato, esta es la idea del ejecutivo de nuestro país, para acabar definitivamente con la capacidad de pensamiento libre y crítico de los españoles. Invitado por Miguel Ángel Velasco, (), participo hoy en una cadena de mensajes, para poner de manifiesto el ultraje y la desidia con la que estos políticos ineptos, ramplones, quieren eliminar de nuestras vidas el horizonte de luz y conocimiento, lo único que nos queda en realidad, en mitad de éste caos: el verdadero escalón sobre el que el hombre asienta sus convicciones políticas, éticas y sociales, y puede dar rumbo a su vida.




Es en el blog de BOULESIS donde se indica la importancia de esta asignatura:

Historia de la filosofía es recorrer con la mirada las grandes preguntas y las grandes respuestas del ser humano. Tocar con los dedos los sistemas de pensamiento más completos y complejos que ha sido capaz de elaborar el ser humano. Ver de primera mano cómo las ideas han sido también un factor de cambio en la historia, contribuyendo a transformaciones sociales y culturales de calado. En consecuencia, historia de la filosofía es también un ejercicio de reconocimiento personal: ver cómo se han ido construyendo las ideas que forman hoy los discursos dominantes y alternativos. Sólo a través de la historia de la filosofía se puede ver la gestación de eso hoy se llama pensamiento único, y su intrincada conexión con una forma muy determinada de economía. Sólo en una clase de historia de la filosofía se cuestiona el capitalismo dominante y se pueden plantear alternativas al mismo. A menudo son los propios alumnos los que lo reconocen: en las clases de historia de la filosofía es posible expresar las propias ideas, siempre que sean respetuosas con quien piensa diferente. No es de extrañar que la propia UNESCO haya designado a la filosofía como una escuela de libertad. Precisamente porque hace ya mucho tiempo que sabemos que no nacemos libres en absoluto, y que la libertad es una condición psicológica, económica y política que se va conquistando con el paso del tiempo, en un proceso de maduración personal, pero también en un contexto político y educativo que estimule esta libertad. Algo que se vería seriamente amenazado si finalmente desaparece la historia de la filosofía y disminuye la presencia de la filosofía en el bachillerato.


           Es así, señalando la importancia de la Filosofía en el Bachillerato como M. A. Velasco León   dice que sería grave anular esta asignatura:  


         Suprimir la Historia de la Filosofía es una estratagema para suprimir la Filosofía por completo dentro del Bachillerato. Al romper la unidad del ciclo y reducir la asignatura de primero a una rara avis, sin sentido alguno y condenada a desaparecer. Y esto se produce, no lo olvidemos, dentro del contexto de supresión de las Humanidades, porque, precisamente estas, alejadas de lo meramente formal y próximas a la realidad cotidiana son demasiado peligrosas, puesto que contribuyen a construir ciudadanos capaces de enfrentar sus responsabilidades.


   En esta misma línea MartínLópez se vuelve crítico con la postura de Gustavo Bueno y dice:

        Escribir sobre la enseñanza de la historia de la filosofía, en  atención o respuesta a Antes de las cenizas, las cuales tememos que se aproximen: Solamente esto. La filosofía el saber más inútil. Por ello el saber más necesario. Si no entiendes por qué, ¿qué palabras podría yo pergeñar para convencerte? Sería como explicar la urgencia del amor.



            También crítica es la postura de Ramín Jahanbeglood en su artículo de El País: 

En cierto modo, la tarea cívica de la filosofía actual radica en la pugna entre pensamiento crítico y fanatismo. Sea cual sea el precio que los filósofos hayan de pagar por tener las manos vacías en su batalla contra tiranías irreflexivas y dominaciones hegemónicas, podemos esperar la victoria de un pensamiento democrático incluyente.


          Por tanto, si la filosofía, como disciplina en la Secundaria, tiene importancia no deja de ser un continuo interrogante. Así lo expresa el blog de la Consejería del Principado deAsturias:

¿Se convertirá la filosofía en un lujo? Si la devalúan, por supuesto. ¿Debe eso ser consentido? En absoluto. Pero no somos sólo los profesores quienes debemos pronunciarnos, son los propios alumnos, los cuales, en atención a la Declaración Universal de los Derechos Humanos (número 19 y número 27) tienen que vindicar que deben ser convenientemente informados para poder participar en la vida cultural de su país. Aún recuerdo a un alumno de ciencias que afirmaba convencido que hasta que no estudió Historia de la Filosofía no comprendió realmente las asignaturas filosóficas que había cursado anteriormente. Aseguraba que ésa era la asignatura con la que por fin le había encajado todo. Y así es, es la guinda del pastel, por eso se estudia al final. Devaluarla sería, además de un robo de derechos vergonzoso, un sinsentido. Sería como si hiciésemos una casa durante quince años y al final no le pusiéramos el tejado. Menudas goteras que nos van a caer como no espabilemos un poco.



         La respuesta se da en este interesante blog, que recomiendo por su versatilidad y fomento de la creatividad en este campo nuestro de la docencia

Probablemente mutilar más la filosofía del la ESO y el bachillerato no sea sino ir más en esa dirección de desideologización del mundo, eliminando matices como expresa el libro de Orwell 1984. Suprimamos términos, palabras, castremos las ideas, depuremos el lenguaje, limpiemos de inquietudes existenciales la mente de las jóvenes generaciones para que puedan así adaptarse mejor al mundo trivial y a-filosófico del llamado pensamiento positivo que es un zurullo pinchado en un palo. Así todos podremos ir con nuestra sonrisa imbécil  a comprar sin temor de ser incomprendidos. Vale.


Al filo de esta problemática David Porcel, desde la Rioja, sigue cuestionando el hecho mismo de la disciplina

¿Pero por qué es importante que nuestros alumnos conozcan lo que tiene sentido preguntar y lo que no en filosofía?, ¿qué aporta la filosofía a la sociedad?, ¿para qué hay filósofos? La filosofía, más que responder a una finalidad o a un capricho, responde a una necesidad: la de buscar la verdad. Ya ha quedado demostrado que la visión cientificista del conocimiento, que ilusamente piensa que la ciencia puede abordar y solucionar todos los problemas, se sostiene en postulados, además de falsos, no derivados de métodos científicos, por lo que la ideología cientificista es una incongruencia en sí misma. No, la ciencia no es un saber autosuficiente en ese camino aproximativo hacia la verdad, sino que necesita contar con la reflexión filosófica que piensa allí donde la ciencia está ciega. Podríamos definir la filosofía como la ciencia que se hace consciente de sí misma, que se mira al espejo y descubre que todavía quedan cuestiones por aclarar, preguntas que resolver, caminos por abrir. Es verdad que podría haber ciencia sin filosofía, pero sin ésta, aquélla quedaría coja, insuficiente, parcial, y habríamos de ceder en nuestro empeño de aproximarnos a la verdad.


SantiagoSánchez-Migallón, subyaga la importancia de la filosofía desde el interés personal, desde la misma vocación docente

Podría decirse que es normal que un profesor de Filosofía defienda sus asignaturas y que más que defender el bien de la educación como tal, estoy defendiendo mi interés particular de no perder mis asignaturas. Podría decirse, pero no es el caso y lo digo con total honestidad. Yo no elegí la Filosofía y ahora defiendo su importancia, yo elegí la Filosofía porque me parecía y me parece muy importante.
Es la asignatura que, realmente, pretende enseñar a pensar.
Con esto no se dice que las Matemáticas, la Literatura o la Física no enseñen a pensar, únicamente que la Filosofía es la asignatura que lo hace específicamente, cuya esencia reside en eso y que, en consecuencia, es la idónea para conseguirlo eficazmente. Cualquiera que crea que pensar es importante, debería defender la vigencia de la Filosofía en los planes de estudio y eso defiendo yo, no a mi gremio ni a mi profesión.


            Para terminar Rafael Robles concluye señalando la gravedad del asunto:

En conclusión, el golpe directo al estómago que recibe la Ética de cuarto de ESO y el inesperado y contundente golpetazo a las gónadas que sufre la Historia de la Filosofía de segundo de Bachillerato implican consecuencias imprevisibles y nada halagüeñas. En los próximos días las distintas asociaciones pertenecientes a la REF procederán al análisis de este ataque arbitrario al departamento de Filosofía.


Lo peor del asunto, de todo este asunto de la “presunta” reforma educativa es su perspectiva economicista, como lo indica, en un artículo de El País, Davíd Fernandez:

“Para aumentar el nicho de negocio necesitan primero deteriorar lo publico con recortes y reformas legales para vaciar de alumnado esa red y privatizar su atención o directamente privatizando servicios. La ofensiva se dirige desde la educación superior (Universidad) a los primeros escalones”, concluye Agustín Moreno. “La privatización de la escuela supone un ataque al derecho a la educación”, pues convierte “a los ciudadanos, propietarios de esos derechos, en meros clientes usuarios de un sistema educativo privado que solo pueden consumir en función de sus posibilidades económicas”, dice el libro coordinado por Moreno Qué hacemos con la educación (Akal, 2012).


          Esto no tiene nada que ver con las perspectivas de JoséManuel Campillo cuando expone su particular visión de la Filosofía:

La Filosofía, como he dicho antes, es el gigante, pero también tiene sus particulares molinos, que diría nuestro ilustre hidalgo. Unos molinos que no muelen trigo, muelen ideas. Ellos quieren eliminar el trigo de nuestra dieta, no quieren que se les atragante el debate, la reflexión y el pensamiento como forma de ejercer una ciudadanía responsable. Ellos quieren su propio trigo: con buen aspecto exterior y vacío por dentro. Es lo que vende. Y a lo que tienden las sociedades sin reflexión: a la aparición del hombre masa. Al hombre vacuo. Al hombre manejable. Al "homo economicus".
Por eso, desde aquí, digo no a la LOMCE. Y sí a la FILOSOFÍA. 












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